Economía
EL FUTURO DE NUESTRO PASADO
ALDO FERRER
(Fondo de Cultura - Bs. As.)

En este libro, Aldo Ferrer sintetiza su punto de vista sobre los determinantes del desarrollo mundial en general, y de la Argentina en particular. Parte de ello ya fue expresado en sus anteriores publicaciones. Finaliza este trabajo con un capítulo sobre el porvenir de  la Argentina al comienzo de su tercer centenario, enfatizando lo que debiera hacerse para que nuestro país tenga, finalmente, un crecimiento sostenido.
Su tour de force es el concepto de densidad social, que la define por una alta cohesión social, calidad de liderazgos y de las instituciones, y el pensamiento crítico.
Una fuerte densidad social garantizaría un crecimiento sostenido con democracia, sin generar tensiones sociales ni sectoriales. Esto se complementa con su idea acerca de que la economía de los países se construye desde adentro hacia afuera, considerando necesario tener un alto grado de industrialización con tecnología de frontera.
En la primera parte del libro, Ferrer brinda un panorama de la evolución mundial basado en que los fenómenos ocurren por acuerdos previos o decisiones de grupos con cierto poder fijando reglas en base a sus conveniencias. Creo que este proceso es mucho más complejo de lo que él describe y basta ver la gran volatilidad de nuestro país y la dificultad de tener reglas estables. Muchas veces las decisiones surgen de motivaciones individuales de gran parte de la sociedad y condicionadas por circunstancias económicas del momento. Es increíble lo que logran las fuerzas de los incentivos cuando éstos son los apropiados.

El Estado y el mercado

En la segunda parte describe el caso argentino cubriendo sus dos centenarios. Nota la mejor performance económica durante el primer centenario versus la gran volatilidad y menor crecimiento en el segundo. Para ello divide los 200 años en diversos subperíodos que, pienso, no son los apropiados para el análisis de la economía argentina. Critica las etapas donde hubo un mayor papel de los mercados y apoya las otras con un alto intervencionismo estatal y protección comercial. Como en los últimos dos años ya no se ve en forma clara que podamos lograr un crecimiento sostenido, replantea su análisis buscando combinar el fuerte intervencionismo estatal con algunos de los elementos que funcionaron bien en el primer centenario, pero siempre detrás del fortalecimiento de la densidad nacional. Da por sentado que la Argentina tiene las bases para crecer y que son algunos de los mecanismos elegidos los que entorpecen la posibilidad de un mejor porvenir.
Ferrer es muy negativo con respecto al rol de los mercados libres para dar las señales apropiadas y que los diversos agentes económicos puedan decidir en forma correcta cuales son las actividades más favorables y qué insumos utilizar, logrando en forma agregada un crecimiento sostenido. Promueve un Estado que fije gran parte de las pautas que deben tener los agentes económicos para decidir sus estrategias de expansión.
Los diversos casos de países que experimentaron desarrollo sostenido y las evidencias que surgen de los estudios empíricos de crecimiento económico no avalan la posición de Ferrer. El crecimiento es un fenómeno simultáneo en la relación interna-externa, y el mejoramiento de la densidad nacional es una resultante del crecimiento, para la cual juega un rol crucial la economía de mercado. Si bien es verdad que estos países en general interfieren con el funcionamiento de los mercados, estas interferencias no fueron tan grandes y cambiantes como para anular al mercado. La industrialización es una etapa normal que surge luego del avance en la productividad del sector agropecuario y el aumento en el ingreso de la gente. Por otro lado, el sector financiero acompaña este crecimiento y no es necesariamente desestabilizador. El capital humano es un factor importante pero también su generación requiere de las señales apropiadas.
Nuestro país en su segundo centenario tuvo diversas etapas con cambios abruptos. En general primaron actitudes en contra del mercado, aun cuando pareció estar vigente. El Estado tiene una gran tarea aun con su rol específico y para lo cual es necesario que mejore sustancialmente su calidad. Cuando quiere adicionar a su rol un liderazgo para fijar las pautas para los agentes económicos (trabajadores, empresarios y consumidores) pierde su efectividad en su rol natural, generando incertidumbre e inestabilidad.

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Víctor Elías